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Esta vez salió mejor (con 158 milésimas fue el tercero en despegar), pero Usain Bolt continúa sin estar super. Ayer ganó los 100 metros de la reunión de Ostrava por delante de Steve Mullings (9.97) y parando el reloj en 9.91. La marca es la misma que hizo en su debut de Roma, un tiempo bueno que no es el mejor del año (Mullings tiene 9.89) y discreto en comparación con los 9.58 de su récord.
El Relámpago muestra serios problemas en la arrancada. Porque más allá de su salida, falla en la transición, o lo que el llama "su fase de ataque". Ayer en Ostrava no doblegó a Mullings (9.96) hasta los 60 metros y no lo hizo con fluidez. Su entrenador Glenn Mills ya le ha leído la cartilla. "Me preguntó si se me había olvidado correr", decía Bolt tras su carrera en Roma. La dinámica ayer fue la misma.
Bolt llevaba nueve meses alejado de las pistas y lo está notando. Eso sí, ha vuelto más musculado. "He trabajado duro en el gimnasio para evitar los problemas de espalda de otras veces. Es por eso que estoy más grande". Pero sabe que tanta masa no agrada a Mills: "No le gusta cuando gano tanto músculo". Lo positivo es que, tras su "año libre", vuelve ganando y con la mente en los Mundiales de Daegu, a finales de agosto. Próxima cita de Bolt, el 9 de junio en Oslo.
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